Convertir el jardín de la Estación Júlio Prestes en la sede de la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo representó un complejo reto técnico y arquitectónico. El proyecto exigió, en primer lugar, un sistema de aislamiento acústico capaz de neutralizar las vibraciones de los trenes en las cercanas vías férreas —las cuales afectaban la propagación del sonido—; la meticulosa restauración del edificio histórico para cumplir con los requisitos para que lo declararan monumento; y por último, intervenciones arquitectónicas que garantizaran la preservación de la estructura original.
Entre 1997 y 1999, el arquitecto Nelson Dupré, en colaboración con Luizette Davini (coordinadora del proyecto) y la firma Artec (hoy Arup), especialistas mundiales en acústica arquitectónica, se ejecutó este ambicioso proyecto de reconversión. El objetivo: crear una sala de estándar internacional, equiparable a los mejores recintos de Europa y Norteamérica.
